domingo, 20 de octubre de 2013

LA TIENDA DE FRUTA


En el mes de Septiembre, al poco de comenzar el curso, en la clase de Las Flores (EI 4A) ya estábamos atareados. En el rincón de la casita faltaba algo, y los niños niñas se paseaban por la clase "haciendo compras" en otros rincones: bloques de la alfombra, pinchitos de los juegos...
En la clase está la norma de no llevar material de un rincón a otro, para que no se arme tanto lío, y yo se lo recordaba continuamente, frustrando sus planes de llevar comida a la casita.

Lo hablamos en una asamblea, y propuse montar una tienda en el rincón de la casita. La idea tuvo bastante acogida entre algunos niños y niñas, e invité a quienes quisieran a tener una reunión conmigo en el rincón de la oficina para organizarla.
Primera comisión de trabajo en la clase de Las Flores. Algunos tienen el encargo de hacer anotaciones.

Esta reunión fue bastante difícil, era la primera vez que se juntaban en una pequeña comisión para organizar algo. Fue complicado, pero fructífero. Les costaba proponer, escuchar, seguir un orden en los pasos a dar, y tuve que guiar todo el tiempo.
Finalmente, después de alguna votación tomamos las siguientes decisiones:
- La tienda sería de frutas. (Con la promesa hecha a Amal de que la próxima sería de medicinas)
- Las frutas no iban a ser de papel, sino que las traeríamos de casa.
- Para ello haríamos una nota para las familias y que cada uno trajera un par de piezas de frutas y verduras.
- La tienda estaría junto al rincón de la casita (a propuesta mía, que nadie se atrevió a oponer)


En la asamblea posterior a los rincones les contamos a los demás las decisiones tomadas y yo les enseñé la nota que llevarían a casa.
Melinda enseña en la asamblea las anotaciones hechas en la comisión de trabajo.

Al día siguiente cada uno/a enseñó lo que había traído.
Clasificamos el producto: verduras y hortalizas en una gaveta, frutas en otras dos.
Trabajando la clasificación. Aprendiendo que las frutas no son verduras.
Planteé la idea de hacer dinero y una caja registradora, pero nadie estaba interesado y claudiqué, otra vez será.
Así que a jugar, que es lo que realmente estaban deseando.

Se fueron turnando para comprar y vender, y aquí sí que participaron todos.

Comprando y vendiendo.
El juego duró dos días, la fruta se la fueron comiendo, y las hortalizas se las llevamos todos juntos a Sonia, la cocinera, para que las aprovechara, porque ya se estaban poniendo feas.
Dentro de poco lanzaré la idea de la Farmacia, que parece que se han olvidado. Ya os contaremos.
Besos.

Conso.


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